La tarea por la igualdad no ha hecho más que empezar
El 08 de marzo, conmemoramos el día internacional de la mujer; es la ocasión para hacer conciencia sobre los derechos que la sociedad nos debe a las mujeres. A pesar de constituir la mitad de la población, de acuerdo con datos de ONU Mujeres, las mujeres ganan un 23% menos de salario que los hombres, el 35% ha sido víctima de violencia física o sexual y las proyecciones estiman que el 8% de mujeres y niñas vivirán en pobreza extrema para 2030. Las tareas para una sociedad igualitaria continúan aún pendientes, y es obligación de la sociedad y la política pública avanzar en su cumplimiento.
La igualdad de género es un derecho humano fundamental, garantizar este derecho comprende trabajar en los más diversos ámbitos, desde la reducción de la pobreza y desigualdad económica, hasta la garantía del acceso a la salud, educación y trabajo decente para las mujeres y las niñas. A esto se suman las reformas legales necesarias para seguir luchando contra las relaciones impropias, el femicidio y la trata con fines de explotación sexual comercial.
Una agenda por la sociedad de cuidados debe estar en el centro de las políticas públicas. No hay vida que sea posible sin el trabajo no remunerado, históricamente recargado a las mujeres, para la niñez, personas adultas mayores y poblaciones en situación de dependencia. Adoptar acciones para promover la economía de los cuidados, asegurando los derechos de las mujeres y su inserción en el mercado laboral, es una decisión justa; pero también inteligente. Según las cuentas satélite, el trabajo doméstico y de cuidados representa un 21% del PIB en Costa Rica y el 9% en el promedio mundial.
Dignidad, justicia y reparación deber seguir siendo la consigna en la lucha contra todas las formas de violencia hacia las mujeres. Con dolor, seguimos viendo femicidios que traen consigo la negligencia estatal. Los casos de violencia, abuso y relaciones de poder en niñas continúan sin ceder, frente a una débil inversión social en prevención y promoción de derechos. Hoy, con más fuerza que nunca, debemos seguir diciendo que sólo sí es sí, pues la violencia sexual nunca es tolerable ni justificable.
En el ámbito político, económico, social y ambiental, se requiere asegurar las acciones afirmativas para que las mujeres tengan espacios en toma de decisión. Las políticas que adoptamos deben ir orientadas hacia la igualdad salarial, el acceso a las tierras para las mujeres, empleos decentes y con medidas de conciliación, así como a la inclusión en los servicios financieros.
Por todas estas razones, la lucha por la igualdad y equidad de género reviste de más actualidad e importancia que nunca. La discriminación en contra de las mujeres hace que no podamos sentir orgullo de nuestras sociedades. La tarea por la igualdad no ha hecho más que empezar.
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