Laboriosas polinizadoras
Tal y como lo ha declarado la ONU, el pasado 20 de mayo se celebró el Día Mundial de la Abeja, un ser vivo ejemplar y vital para la existencia de la vida en todas sus formas.
Un merecido reconocimiento para ellas, quienes laboriosas y apasionadas realizan cada día la travesía de visitar miles de flores y en su paso transportan el polen; una carga muy pesada para su pequeño cuerpo pero sin que eso las detenga lo acarrean hasta depositarlo en una nueva flor, con lo que se da la fecundación, y a partir de ahí el desarrollo de frutos y semillas que se convertirán en nuevas plantas o en alimentos para humanos y animales de todo tipo.
Cerca del 75% de todas las plantas del mundo, existe gracias a la polinización de las abejas y otros representantes del reino animal, como colibríes, murciélagos, mariposas y otros insectos, que también merecen su cuota de reconocimiento. Pero volviendo a las homenajeadas de hoy, son más de 20.000 especies diferentes identificadas en todo el mundo y de ellas, unas 800 en nuestra biodiversa Costa Rica. La mayoría habitan de forma solitaria en pequeños agujeros ubicados en troncos o en el suelo, otras habitan en colonias, con un altísimo grado de organización social, que se hace más que envidiable en medio de muchos actos egoístas y egocéntricos que manifestamos los humanos en este mundo que creemos inagotable.
Una de las representantes por excelencia es la consentida abeja de la miel, o apis melífera. Ha llevado el concepto de organización social a otro nivel, mantienen dentro de la colmena un orden jerárquico y político estricto, cada individuo desde su nacimiento y según edad va desempeñando distintas tareas dentro de la colmena, hasta que logran graduarse y salir a su ansiada travesía en busca de flores. La abeja es noble, trabajadora, sus habilidades naturales las convierten en químicas por excelencia, por eso elaboran la miel, un súper alimento que nunca caduca.
El diseño hexagonal de las celdillas de sus panales es una maravilla de la ingeniería de sus capacidades, además, son expertas en aviación, utilizando el sol como aliado, logran ubicarse y sobrevolar largas distancias y regresar a casa cargadas de materia prima para elaborar sus productos. Son excelentes comunicadoras, ya que, en un acto solidario, comunican a sus compañeras los detalles milimétricos de las fuentes de alimento que han encontrado. Sin embargo, pobre del que se atreva a husmear sus reservas de miel, donde también se ubican sus crías, sin importar el tamaño de ese intruso, recibirá la furia de la colmena, la que en un acto heroico, muchas sacrifican su propia vida, pero defienden el futuro de su existencia.
La abeja es ejemplar, seamos como la abeja, pero, sobre todo, cuidemos de ellas, su futuro está en nuestras manos.
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