Las elecciones nacionales es nuestra responsabilidad ante la patria
El pasado domingo nuestro país hermano Nicaragua realizó elecciones presidenciales en la cuales queda reelecto el mandatario Daniel Ortega Saavedra por un nuevo periodo constitucional, que desde nuestra ventana, vemos con desdén como un pueblo sometido a los mecanismos del gobernante de turno, le tuercen el brazo a los ciudadanos y algunos partidos políticos, para hacer de este proceso electoral, entre comillas, sea una burla bajo todo parámetro democrático y bajo los estándares de nuestra democracia centenaria.
Por su parte en Costa Rica se ha iniciado el proceso de la campaña electoral para elegir también nuestro próximo gobernante, en el mes de febrero, si las cuentas alcanzan y si no en el mes de abril, compuesto por un ramillete de partidos políticos y candidatos que florean diversas tonalidades, cada uno con discursos elocuentes para alcanzar la mirada y voto de ciudadano esperanzado, que nuestro país avance por las senda desarrollo y/o al menos le permita a muchos alcanzar un empleo digno que le permita tener acceso a una alimentación diaria y con suerte a una anhelada jubilación.
En este mar de promesas y elocuencias muchos ciudadanos deseosos en enfrentar su responsabilidad con la patria en las urnas, se ve aturdido por el ensordecedor volumen de tantos discursos, que cada uno de los candidatos exclama sobre armas, castidad, referéndums y en suma se acumulan frases sueltas, que no ayudan ni contribuyen a construir pensamiento sobre los principales males que aquejan a la patria y a la sociedad.
De igual manera, debemos entender que la responsabilidad en el proceso electoral, irremediablemente, recae en los hombros de aquellos cuidados que de manera responsable ejercen el derecho de voto en las urnas, debido que existe un grupo cada vez mayor de mujeres y hombres, que según ellos pretenden con su abstencionismo, castigar al sistema electoral, cuando con su ausencia en las votaciones, fortalecen aquellas frases sueltas y el bullicio electoral de la vanidad.
De esa forma el llamado a las urnas que el Tribunal Supremo Elecciones ordenó, debe ser acompañado por cada uno de los ciudadanos comprometidos con nuestra nación, quienes debemos dar el ejemplo de participación cívica y activa en el proceso electoral, que permita inspirar aquellos que se abstienen de votar.
Esta es la realidad, quienes ejercen el derecho al voto en las urnas son los responsables de definir el derrotero de nuestra nación, por eso el llamado a poner cuidado al mensaje sensato sobre los temas importantes de nuestro país, es importante obviar e ignorar esas candidaturas de pirotecnia, que al primer chispazo se elevan en el firmamento y expelan radiantes y múltiples colores, pero sin sustento ni fundamento.
El proceso electoral vivido en Nicaragua es una lección, que nos da la vida de aquellas situaciones que no deseamos para nuestro país, porque somos una democracia centenaria, pero una democracia que se debe cuidar y se debe fortalecer.
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