Los bueyes símbolos de la patria

Pocos animales han cambiado tanto la faz de la patria como los humildes bueyes, en tanto otras especies, como el cantarín yigüirro, el escurridizo venado cola blanca, el excepcional manatí y últimamente el parsimonioso perezoso, forman parte de los 16 símbolos, los nobles rumiantes aguardan por el podio donde se exalte su quehacer.

Algunos dirán, la carreta está ahí con sus coloridos diseños, pero de nada sirve el más moderno o viejo vehículo sin la fuerza del motor, esta son los bueyes; el campesino los ama, cuida, respeta, sin esos nobles seres, caminos, surcos, senderos, prosperidad, no habrían pasado el status de quimera.

En el lejano 1843 se embarcó el primer cargamento de café hacia Gran Bretaña, el caballero inglés William Le Lecheur, tenía las bodegas de su barco vacías, la estabilidad de la nave corría peligro, eran tiempos cuando el pelo del bigote signaba el honor de las personas, cuenta la historia, como el costarricense Santiago Fernández y el alemán Jorge Stiepel, le confiaron 5.000 quintales de café, con la única esperanza que un día el foráneo regresara a pagarles.

Dos años después el caballero honró su palabra, vino a saldar la deuda, se estableció el comercio a Europa, hoy día, el papa Francisco, al paladearlo expresa para gloria de los ticos ¡Es el mejor del mundo!

El poeta Julián Marchena en sus profundos versos le dedica un romance a la carreta, el bardo no ignoró a los bueyes, en sus estrofas les dijo:

El manto de la penumbra

rasgan miles de luciérnagas.

De madrugada las yuntas

que están rumiando a su vera,

poco antes de ser uncidas

clavan los ojos en ellas;

su comprensiva mirada

largo rato las contempla

y al escuchar un cencerro,

pausadamente menean

el hisopo de la cola

y con vaho las inciensan.

Es inimaginable un rincón de la patria sin el aporte de los bueyes, habrá algún diputada o diputado, dispuesto a saldar la deuda con los ancestros, especialmente, aquellos quienes vieron la primera luz en el terruño, deben recoger la iniciativa para elevar a los bueyes al merecido pedestal de símbolos nacionales.

Cada segundo domingo de marzo se celebra el Día Nacional del Boyero, este año el pintoresco distrito de San Antonio de Escazú, será escenario de la conmemoración del 40 aniversario desde el primer desfile alusivo.

El monumento ideado por el escultor Mario Parra Brenes, se complementará con el nuevo parque, donde en el corazón tendrá la icónica rueda y una especie de empedrado para sacarle música a los ejes de la carreta.

Si los diputados dan el paso, las próximas conmemoraciones tendrán a los bueyes, no como protagonistas, serán justamente verdaderos símbolos nacionales.