Mañana domingo es el culmen de la celebración de Semana Santa
Para los cristianos en general el Domingo de resurrección es el eje de la teología desarrollada alrededor de la vida, enseñanzas, pasión, muerte y resurrección de Jesús. “Mas ahora Cristo ha resucitado de entre los muertos, primicias de los que durmieron.” I Corintios 20.
La resurrección de Jesucristo emula a la pascua judía, celebración cuando el pueblo de Israel salió del cautiverio y esclavitud a los que lo tenía sometido el faraón egipcio. La pascua de resurrección de Jesús representa la liberación de la humanidad de la esclavitud, injusticia, cautiverio del pecado y de la muerte. Es la promesa del perdón de los pecados por la acción de la gracia, que Dios concede a la humanidad a través del sacrificio del Cordero de Dios, Jesucristo, como precio de salvación y vida eterna para quienes creen en Él.
La celebración de la Semana Santa debe ser asumida como un tiempo de profunda espiritualidad y reflexión sobre las enseñanzas de amor incondicional hacia el prójimo que Jesús evidenció a través de su vida pública, enseñanzas que se resumen en el último mandamiento que nos dejó: “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.”, Juan 13:34.
Si la mayoría de la humanidad atendiera e hiciera vida ese mandamiento, ciertamente, el mundo sería un lugar para vivir muchísimo mejor del que estamos viviendo. No habría guerras, menos las motivadas por el afán de poder, el egoísmo, la violencia y la avaricia. No habría muertes producto de las hambrunas y desnutrición que cientos de miles padecen, ante la mirada insensible de quienes acumulan riquezas muy por encima de sus necesidades y de los suyos.
Si atendiéramos ese mandamiento de Amor, toda acción humana estaría motivada por la solidaridad y por el amor fraterno de unos hacia otros y de manera especial hacia los menos favorecidos.
Invitación respetuosa a todos los cristianos para que al concluir esta Semana Santa, oremos al Señor para que nos conceda, mañana domingo, que en nuestra sociedad resucite el espíritu solidario entre los costarricense, la liberación de toda injusticia, el respeto a la dignidad y vida humana sea una máxima constante e irrestricta, para que así se frene el clima de violencia indiscriminado y la cultura de la muerte que lamentablemente ha venido imperando en nuestro país, desde hace ya demasiado tiempo.
¡¡¡Felices pascuas de resurrección!!!
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