No a los impuestos a la educación
La caja de cristal de Costa Rica es la educación. La pobreza y la estabilidad educativa son emergencias y las más golpeadas por la crisis.
Reparar el daño, que ha sufrido la educación necesitará muchos años. Esta es la razón por la que no podemos golpear, desde ningún punto a la educación nacional, la que existe y labora en los 52 mil kilómetros cuadrados de este país.
La iniciativa de colocar impuestos a la educación, realizada por la iniciativa privada, es una hachazo directo, a los valores profundos de Costa Rica.
Hay miles de profesores de la educación privada, que han perdido sus trabajos, o están trabajando bajo el sistema de jornada reducida.
Un impuesto a la educación privada vendría a ser una estocada fatal al sistema educativo nacional, pues de este sistema de educación se están educando miles de jóvenes en todo el país.
De allí que dañar todo esfuerzo educativo, en la Costa Rica de hoy, vendría a ser un contundente golpe, a nuestra democracia que se fundamenta principalmente en la educación, sea del modelo educativo que sea.
Todos los jóvenes de Costa Rica han sufrido este año la separación de sus maestros y profesores. Han tenido que readaptar su enseñanza en la virtualidad, o en la simple lectura de las guías pedagógicas. A pesar del gran esfuerzo realizado por nuestros educadores, no podemos llamarnos a engaño, la enseñanza de nuestro país ha sucumbido ante estos serios problemas. Para reparar el daño ocurrido, necesitamos muchos años, pero sobre todo urge el acompañamiento de todos aquellos que nos interesa la educación de nuestra niñez y adolescencia.
Educadores, profesores pensionados, padres de familia, profesores universitarios, ciudadanos, todos estamos llamados a lograr que la educación , toda educación, siga sin impuestos, ni ocurrencias extrañas y logre remar en la ruta correcta, para formar el alma nacional. La educación es la más sensible carga, que debemos sobrellevar todos los costarricenses. Es tan frágil que requiere las manos sensibles y cuidadosas de todos los educadores, padres de familia y la solidaridad de los gobernantes. Que nadie permita destruir los esfuerzos educativos.
Ya la pandemia provocada por el coronavirus provocó que muchos padres de familia, al no alcanzarles sus ingresos tuvieran que mover a sus hijos al modelo educativo público, lo que va a presionar y cuidado sino hasta masificar inconvenientemente para la calidad de la educación las aulas escolares y colegiales. Cuando señalamos aquí la educación, nos referimos también al arte, la música, la cultura pues toda educación hasta la deportiva, son vitales para la construcción del futuro de la patria.
La Educación con mayúscula debe estar en los grandes objetivos nacionales.
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