«No hables con extraños»
A mucho nos taladraron la cabeza con la advertencia: No hables con extraños.
Pues esa regla que busca protegernos de personas con malas intenciones parece tomar otro enfoque al conocerse que el conversar con personas desconocidas puede ayudar a que seamos más felices.
Algunos investigadores indican que el habernos privado de hablar con otras personas, solo por el hecho de que no las conozcamos ha sido un error que nos ha privado de experiencias y relaciones que bien podrían haber cambiado nuestras vidas.
En 2013, las psicólogas Gillian Sandstrom, de la Universidad de Sussex en Reino Unido, y Elizabeth Dunn, de la Universidad de la Columbia Británica, publicaron el resultado de un experimento en el que hicieron que 30 adultos sonrieran y hablaran con el barista en una cafetería de Toronto, y 30 más hicieran que su transacción fuera lo más rápida posible.
Los resultados demostraron que la experiencia fue mucho más agradable para quienes se tomaron el tiempo de intercambiar miradas, sonrisas y hasta palabras con el barista en comparación con quienes solo pidieron el café y se fueron.
Otro estudio llevado a cabo en Chicago demostró que, pese a la idea de muchas personas de que iban a ser rechazadas si iniciaban una conversación con un extraño en el metro, la reacción mayoritaria fue muy receptiva y tildaron las conversaciones de agradables e interesantes. Además dijeron que esa conversación hizo que su viaje se sintiera más corto y más ameno.
Claro, todo esto que hablamos no tiene que ver con niños. Siempre hay que tener ciertas precauciones con ellos, pero también sería lindo que todos aprendiéramos también a confiar un poco más los unos a los otros.
Y bueno, sería también oportuno salirnos un poco de celular y las redes sociales, y conocer personas por medio de una sonrisa y un simple “buenos días”.
La respuesta de la otra persona puede que le sorprenda.
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