Nuestro benemérito Pablo Presbere
El 4 de julio se celebra el Día de Pablo Presbere, líder indígena quien se opuso a la sumisión y destrucción de la cultura indígena por parte de los conquistadores españoles, pues él levantó en armas a las tribus costarricenses, desde Sixaola hasta Turrialba, con el fin de expulsar a todos los colonizadores españoles quienes habían usurpado las tierras de sus pobladores.
Por eso, el 19 de marzo de 1997 la Asamblea Legislativa de Costa Rica lo declaró como “Defensor de la Libertad de los Pueblos Originarios” y el 9 de abril, del mismo año, “Benemérito de la Patria”.
Ahora bien, pese a que no se conoce mucho acerca de la vida del Cacique Pablo Presbere o Suinsi, esta fecha es una excelente oportunidad para rescatar su valiosa participación en la rebelión indígena de 1709. Recordemos que Pablo Presbere fue jefe político y militar de la región de Talamanca, uno de los pocos pueblos que no pudo ser conquistado por la invasión europea. Desde la primera incursión española en 1540 se manifestó el espíritu guerrero y libertario de los habitantes de la región.
Presbere fue conocido como “el guerrero más temido de Talamanca”. Su nombre verdadero es Pabru Presberi, que significa “el jefe de las lapas que viene del lugar donde corren las aguas salobres”.
El gran «delito» de Pablo Presbere, según lo determinaron las autoridades españolas, fue haber luchado contra el pago obligatorio de tributos a los españoles, contra el despojo de las tierras indígenas, por la libertad, identidad, dignidad, cultura, espiritualidad, cosmovisión y defensa de la soberanía y autonomía de los pueblos. Por esto se le sentenció a muerte.
Lo irónico es que lastimosamente se sigue viendo que las causas de la lucha y muerte de Pablo Presbere tienen absoluta vigencia en pleno siglo XXI. Todavía existe una negación, como sociedad, de reconocer muchos de los derechos de los pueblos indígenas a pesar de la existencia de legislación nacional e internacional al respecto; por ejemplo, se continúa con el despojo de las tierras como un tributo obligatorio de los indígenas para el desarrollo del «país», sin que les importe la desaparición de las culturas y sus pueblos.
Por eso, valga la conmemoración de un aniversario más de la muerte del héroe Pablo Presbere para ratificar la firme convicción en la lucha por la promoción y defensa de los derechos indígenas, por la propiedad y tenencia de la tierra, los recursos naturales y la biodiversidad, las formas propias de vida y gobierno indígena, la cultura, cosmovisión y autonomía de los pueblos indígenas de Costa Rica, de nuestros pueblos indígenas que todavía hoy continúan luchando por tierra, igualdad, dignidad y respeto.
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