Participación es el motor de la democracia
La democracia no es un bien gratuito. Su calidad, depende de la participación directa y comprometida de la ciudadana. Sí, de la participación de todos. La baja participación de votantes, en las pasadas elecciones, se puede deber a que una parte de los votantes, mostró, pereza, desganó, desilusión y hasta falta de interés en participar en el proceso electoral.
Es cierto, que la pandemia detuvo a algunos votantes, pero la realidad clara y trasparente es que si entre todos no cuidamos sólidamente la democracia, este país va hacia una visión equivocada de lo que realmente es un vida activa y comprometida de participación ciudadana.
Nuestro país, nuestro servicio público y privado, necesita para funcionar bien, de participación, y esto es muy importante a nivel local. Si no nos ocupamos de la escuelas, de los centros de salud, de las actividades deportivas, el ambiente y de la cultura del país, este se irá deteriorando. Y no podemos nunca dejar de lado el proceso democrático.
La participación es clave y fundamental, para lograr una mejor calidad en la democracia. Usted y yo dependemos de esta calidad de la democracia y la calidad de esta no surge de los estudios en las universidades, no, la calidad de la democracia y su excelencia la hace la partipación comprometida y efectiva de los ciudadanos.
La participación es vital para la calidad de las instituciones públicas. De manera que en las próximas elecciones el 3 de abril, todos tenemos que asumir la responsabilidad de participar para darle fortaleza y claridad a nuestra democracia .
La democracia sale fortalecida, si hacemos un ejercicio claro del derecho al voto y lo ejercemos con alegría y participación comprometida pues esto es lo que se nos reconoce internacionalmente y es uno de los temas fundamentales por la cual brilla nuestra patria en el en el concierto de las naciones.
Hemos de cuidar nuestra democracia, además de lo electoral, en que se respete la dignidad de todo ser humano y la vida desde el momento mismo de la concepción hasta el momento de la muerte, la calidad de nuestra educación. Agrego aquí uno de los puntos más duros de nuestra vida nacional. La penetración de la droga hasta nuestros centros docentes y su constante asedio a nuestras dos costas. Estas son batallas que hemos de ganar y no la podemos perder.
El inicio de la batalla contra las drogas debe ir por la enseñanza de las virtudes fundamentales en valores y principios, que nuestros educadores deben enseñar ejemplarmente, en sus lecciones. La importancia de la honestidad, del trabajo, del orden, del saber escuchar y de todas aquellas virtudes que fortalezcan, la democracia deben ser fortalecidas con participación comprometida; solo así le daremos solidez a nuestra democracia y a la vida nacional.
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