Paz social
Mucho se habla de la paz social en nuestro país como un valor que identifica a los costarricenses desde hace muchas décadas. Pero, como nunca antes, cabe preguntarse, ¿realmente la paz social impera hoy en nuestra nación?
Incluso, el último Informe Estado de la Nación señaló que con la reforma fiscal aprobada en el Congreso en el año 2018 se rompió el clima de paz social en Costa Rica.
De cara al bicentenario de vida independiente, debemos procurar el cuido de la paz social como un elemento no solo que nos ha identificado por mucho tiempo, sino también necesario para el bienestar de nuestra sociedad.
Nos dice el Papa Francisco en su Encíclica Hermanos todos: “La paz social es trabajosa, artesanal. Sería más fácil contener las libertades y las diferencias con un poco de astucia y de recursos. Pero esa paz sería superficial y frágil, no el fruto de una cultura del encuentro que la sostenga. Integrar a los diferentes es mucho más difícil y lento, aunque es la garantía de una paz real y sólida”.
Los momentos de crispación social cada vez son más en nuestra nación, hace falta mayor encuentro y diálogo para acordar decisiones que sean de bienestar para todos y no solo para unos cuantos.
Cuando suceden en nuestro país hechos de corrupción en la función pública, esto también mina esa necesaria paz social que requerimos para el progreso de la sociedad.
Tampoco puede haber paz social cuando medio millón de costarricenses no tienen trabajo y no se gestan opciones para que puedan acceder a empleo, o cuando otro tanto vive del trabajo en la informalidad. Menos puede haber paz social si un millón de nuestros hermanos se mantiene en la pobreza.
He hablado con insistencia de la necesidad de que las personas que se postulan a cargos públicos para las próximas elecciones, lo hagan con la conciencia clara de que Costa Rica requiere recuperar la confianza, la cual debe labrarse en hechos concretos, no en palabras. Esto será una forma de contribuir a la necesaria paz social que también requiere de un proceso electoral sólido, transparente y participativo.
Al mismo tiempo, la construcción o el mantenimiento de la paz social nos atañe a todos, comportándonos como personas honestas, ofreciendo lo que somos a nuestra Patria. Solo así, podremos entonces responder con certeza que la paz social impera aún en Costa Rica, no como un slogan, o un recuerdo, o como motivo ocasional para celebrar el aniversario 200 de la Independencia.
Trabajemos por la paz social si queremos gozar de una Costa Rica próspera, en la que prevalezca el bien común y en la cual todos podamos aspirar a bienestar y desarrollo.
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