Poemas en tiempos de pandemia
Catherine O’Meara, una profesora que hoy vive retirada en el campo en Madison, Wisconsin junto a su esposo, cuatro perros y tres gatos; Publicó en Facebook un poema que se viralizó en las redes sociales.
Durante años trabajó como asistente espiritual en hospitales y albergues. Cuando la epidemia del coronavirus se extendió, la profesora retirada se preocupó por su familia y sus ex compañeros de trabajo. Al mismo tiempo que se sentía frustrada por no poder prestar ayuda en la crisis.
Su esposo la animó a hacer una de las cosas que más le gustaba: Escribir. Y Kitty, como todo el mundo la conoce, escribió entonces un poema en prosa titulado: “En tiempos de pandemia”.
“ Y la gente se quedó en casa.
Y leyó libros y escuchó.
Y descansó e hizo ejercicio.
E hizo arte y jugó.
Y aprendió nuevas formas de ser.
Y se detuvo. Y escuchó más profundamente.
Algunos meditaban. Algunos rezaban. Algunos
bailaban.
Alguno se encontró con su propia sombra.
Y la gente empezó a pensar de forma diferente.
Y la gente se curó.
Y en ausencia de personas que viven de manera ignorante,
peligrosas, miserables, oportunistas, politiqueros sin sentido y sin corazón…
La tierra comenzó a sanar.
Y cuando pasó el peligro, y la gente se unió de
nuevo, lloraron sus pérdidas,
Y tomaron nuevas decisiones. Y soñaron nuevas visiones.
Y crearon nuevas formas de vida. Y sanaron la tierra por completo,
Tal y como ellos habían sido curados.”
Kitty O’Meara publicó el poema en Facebook y en su blog. Una amiga le pidió reproducirlo, y a partir de ahí fue una estela de reposteos en las redes sociales. Deepak Chopra, el bestseller de la meditación, lo compartió en su cuenta y el poema se hizo viral: fue traducido al español e italiano y llegó a miles de celulares.
La escritora recibió un alud de correos de nuevos fans, así como una noticia incómoda: una periodista italiana alegó que el poema era un plagio de un texto suyo, algo que ella rechaza. En forma simultánea, se multiplicaron las versiones sobre su origen: circuló la idea de que fue escrito en el 1800 (cosa también falsa) y que prodigiosamente tenía un poder visionario.
Escrito en un estilo sencillo y animado de un espíritu esperanzador, próximo a la autoayuda, el poema ofrece una perspectiva optimista, imagina el renacer de la vida después de la peste.
“Simplemente me senté y lo escribí. Siempre he pensado y escrito mucho sobre la curación física, emocional y espiritual, y junto a mis bichos amorosos, mis pasiones son la tierra, sus criaturas, las estaciones y mis jardines”, terminó diciendo la escritora.
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