Por la dignidad del ser humano
Soy médico y por ello, tengo la gran oportunidad de estar en contacto con muchas personas. En mi consultorio en Heredia recibo a mucha gente tanto del centro como de los alrededores, y disfruto mucho hablando con ellos y aprendiendo de su sabiduría y sencillez.
Una mañana de estas recibí a doña Elsa, quien con grandes ojos detrás de sus lentes, me metió conversación sobre un tema que le intrigaba. Me confesó que desde hacía tiempo quería preguntarme, ¿qué era eso de ser Pro-Vida?
Le pedí que se sentara cómoda, porque me estaba dando un regalo maravilloso de compartir con ella temas apasionantes.
Inicié explicándole que no se trataba de una moda, sino más bien de una verdadera “cultura de la vida”, que tiene como principio fundamental el valor y respeto absoluto de la dignidad de todas las personas. Un ser humano jamás puede considerarse como “cosa”, “objeto” o “derecho” para otros”, le dije.
Y abriendo sus ojos aún más, me interrumpió- ¿Por eso es que ustedes están tan metidos defendiendo a los bebés que quieren abortar?. Sí -le comenté-. Lamentablemente por acciones de las autoridades de los últimos dos gobiernos, el movimiento Pro-vida ha tenido que enfocarse en luchar contra las amenazas a la vida en las primeras etapas del desarrollo humano. Quizás por eso, muchos pueden haber creído que ser Pro-vida es únicamente ser anti-aborto, pero en realidad va mucho más allá.
Ser Pro-vida es cuidar y defender la vida en TODAS sus etapas: desde la fecundación, ese milagroso primer momento de nuestra existencia, hasta nuestro fin natural.
Y seguí explicándole emocionado: Defendemos y apreciamos la vida del niño por nacer tanto como la de la madre que lo lleva en su vientre. Por ello nuestro eslogan: “salvemos las dos vidas”. Continué contándole-: Hacemos el máximo esfuerzo por salvar a ambos en el binomio madre-hijo, ya que ninguno es más importante o tiene más derechos que el otro”.
Nuestra valoración a la vida nos lleva también a interesarnos por todo aquello que promueva el bienestar integral de las personas: el trato respetuoso y digno hacia las minorías y los más débiles, salarios justos, el uso correcto de los recursos naturales y el cuido de la casa común, como bien lo señaló el Papa Francisco.
Por ello, nos oponemos a aquellas ideologías que consideran a algunos seres humanos como objetos, medios o hasta como derechos para otras personas.
Doña Elsa terminó nuestra conversación sonriente, con palabras que me llenaron de esperanza: Cuente conmigo doctor, voy a ayudar a explicarle a todas las personas que yo pueda, para que dejen de ser tibios y se unan a esta lucha urgente por una Costa Rica Pro-vida.
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