¿Porqué nos cae mal la gente buena?
No les ha pasado que la gente que es como que muy buena, y bondadosa, ¿termina cayéndonos mal?
Pues a mí sí me ha pasado.
Qué dicha que no soy la única. De hecho, esta situación tiene un nombre: «derogación de los bienhechores» y ha sido estudiada por Simon Gächter, profesor de Psicología en la Universidad de Nottingham, en Reino Unido.
Resulta que varias investigaciones revelan que las personas altruistas, bondadosas y rectas no cuentan con el aprecio de todos, por el contrario, a algunos les perecen insoportables.
Una de las razones de esto es que cuando una persona destaca por “buena”, nos hace ver a los demás como “malos” o simplemente “no tan buenos” y esa comparación nos afecta.
Si esa persona recibe un “premio” por sus buenas acciones, la cosa se complica más.
Los estudios revelan que, si hay un tipo de bonificación por un acto de buena voluntad, se despiertan emociones de molestia y enojo por parte de algunos y ahí empieza la duda de que si esa persona será realmente altruista o si solo es una pose.
No sucede igual si la noticia de una buena acción se revela de forma accidental y si la persona le baja el tono.
Por ejemplo, si un día un compañero llega tarde a la oficina, porque andaba donando sangre, pero los compañeros se enteran porque al jefe se “salió decirlo”, esto causará una reacción positiva entre la mayoría, mientras que, si es por el propio compañero que se dan cuenta, habrá algunos que lo tomen mal.
Parece que la mejor forma de hacer el bien y conseguir la aceptación de los demás, es hacerlo, pero como dicen: “a calladito”.
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