PRONUNCIAMIENTO DE LA CÁMARA NACIONAL DE RADIODIFUSIÓN
La apertura de las Telecomunicaciones fue convenida y hecha realidad en nuestro país, hace más de una década, para favorecer a los costarricenses y facilitarles su acceso a la tecnología, la información, el conocimiento, el esparcimiento y el libre intercambio y contraposición de ideas y pensamientos, en las mejores condiciones de igualdad, y no lo opuesto, como ahora se pretende.
La apertura de las Telecomunicaciones costarricenses fue un paso histórico, que estuvimos dispuestos a respaldar porque Costa Rica se preocupó por asegurar un modelo que debe operar, siempre e ineludiblemente, en beneficio de las personas; como efectivamente lo hizo hasta hace poco.
La apertura de las Telecomunicaciones recibió el respaldo de la Radiodifusión costarricense de libre y gratuito acceso para todos, porque la apertura se concibió y convino como un instrumento para mejorar y reforzar nuestra Democracia y la calidad de vida de las personas;
Sabíamos que con la apertura de las Telecomunicaciones la radiodifusión de libre y gratuito acceso, estaba asumiendo riesgos importantes y una competencia hasta ese momento inexistente. Sin embargo, en ese proceso se logró precisar con absoluta claridad la existencia de dos mercados que son completamente distintos porque atienden necesidades diversas y tienen propósitos distintos.
Por una parte, está el mercado de las Telecomunicaciones, que demanda de sus suscriptores un previo y periódico pago, para poder tener acceso a los contenidos que estas tecnologías transportan; y por otro, el mercado de las transmisiones de la Radiodifusión de señal abierta y recepción gratuita de la radio y televisión para todos los costarricenses. Y así debe continuar siendo.
Se trata de mercados competitivos distintos, que no pueden ni deben ser tratados como si fuesen uno solo y lo mismo. La Radiodifusión libre, gratuita e independiente debe estar siempre al alcance de los costarricenses, y el radiodifusor debe proveerle ese servicio a todo el que por cualquier motivo no pueda o no quiera «pagar» por un servicio distinto, como es el que le ofrecen otras telecomunicaciones.
Por tal motivo, es inaceptable que el Gobierno desatienda ahora los compromisos adquiridos por el Estado Costarricenses. Ningún costarricense debe tolerar que se debiliten las defensas del Estado de Derecho; que se limiten sus derechos de acceso gratuito a la radio y televisión independientes y que con ello se exponga el régimen democrático que nos ha permitido vivir en paz por tanto tiempo, al margen de las coyunturas políticas o económicas por las que atravesemos.
Lamentablemente, poco a poco y paso a paso, hemos visto como ese peligro se ha venido haciendo realidad en nuestro país. Muchos son los hilos conductores de una estrategia que amenaza nuestra democracia, y hacemos pública denuncia de ello.
Los micrófonos de la radiodifusión costarricense afiliada a CANARA han estado y siempre estarán al servicio de Costa Rica y de su gente, de nuestra Democracia, así como de los Derechos y de las Libertades de todos.
Somos concientes que el ejercicio impropio y los excesos en las libertades puede llegar a causar incomodidades y hasta daño injusto o inmerecido. El abuso del Derecho y de la Libertad que causa daño siempre debe producir Responsabilidad.
No existe, ni se debe permitir que exista el «Derecho al Abuso», ya sea que este se ejerza desde el sector privado, ni con mayor razón, que se quiera imponer desde el poder público.
Dios nos libre de llegar a no contar con medios de comunicación independientes que no estén atados al favor político público para subsistir, como ha ocurrido en tantas otras naciones, que luego han debido sufrir las consecuencias de su imprevisión.
El día que eso suceda, que esperamos no llegue a ocurrir nunca, veremos desvanecerse nuestra última defensa democrática y el totalitarismo populista, que pervierte los más nobles propósitos de una sociedad democrática, se entronizará también en Costa Rica.
Pero no estamos ciegos, no somos sordos, y no nos callarán!
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