¿Qué hacer ante la espiral de la violencia?
Alrededor del mundo, muchas naciones enteras se hayan envueltas en una espiral de conflictos cruentos. De esto, los niños, adolescentes y las familias son las primeras víctimas, se les priva de sus casas, tierras y bienes, para huir del otrora lugar, donde estaba su hogar. También la falta de alimentos y de cobijo, es muy importante de resaltar de estas circunstancias. Ante realidad tan dolorosa, la sociedad frecuentemente se ve incapaz de ofrecer ayuda a esas personas o simplemente se muestra indiferente.
Las necesidades espirituales y psicológicas de quienes han sufrido los efectos de un conflicto armado, son más que evidentes, urgentes y graves de atender. Nunca debemos olvidar que la violencia, constituye una fuerza que destruye, que aniquila, que debilita las a las personas, a las estructuras familiares, ejerciendo también un influjo nefasto, sobre el ánimo de las personas, llegando prácticamente a proponer o imponer, modelos de comportamiento mentalmente opuestos a la paz
Es vital, que toda sociedad, y también la nuestra, tenga estructuras específicas predispuestas para realizar una labor de apoyo a las familias afectadas por la violencia, la pobreza o eventos destructivos de la naturaleza. Y así evitar que la desesperación alcance a sus víctimas, por no poder cubrir sus básicas, siempre es necesario prever las emergencias.
Toda sociedad debe interesarse especialmente para que los niños, adolescentes y jóvenes renuncien a la violencia ,y se encaminen por senderos de paz pero esto supone de una paciente y constante educación, llevada a cabo por personas que crean realmente en la paz.
Otro grave problema para el desarrollo de la paz, en una sociedad es que muchos niños también están privados, del calor de una familia, a veces esta falta se da porque los padres movidos por otros intereses, abandonan a los hijos, y la familia. Existen millares de niños que no tienen más casa que la calle y no pueden contar con ningún otro recurso fuera de sí mismo. Algunos de los niños de la calle encuentran la muerte de modo trágico, otros son inducidos al tráfico de drogas, la prostitución y a menudo terminan en convertirse en sicarios.
Es necesario regresar a los jóvenes la esperanza y la ilusión por el trabajo, para acabar con estas escandalosas plagas del vandalismo y narcotráfico. Está en juego el futuro mismo de la Patria y la sociedad. Una comunidad que rechace a los niños, los margina nunca podrá conocer la paz. Para lograr la paz es necesario que cada ser humano pequeño experimente el calor de un afecto cercano y constante, no la tradición o la explotación.
Los niños, adolescentes y jóvenes son el futuro de Costa Rica y ya son el presente en medio de nosotros. Es necesario que puedan experimentar lo que significa la paz, para que luego sean capaces de crear un futuro de paz.
La familia está llamada ser protagonista activa en la promoción de la paz, gracias a los valores que encierra y transmite hacia dentro ella y la sociedad mediante la participación de sus organismos estatales y de cada uno de los miembros, apoyando todo esfuerzo en pro de la paz y asegurando oportunidades reales en salud y educación para todos los niños y jóvenes.
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