Que nadie se pierda en Costa Rica
La cultura contemporánea, lo que vemos a diario en las calles de Costa Rica es muchas veces un atentado directo a la vida humana. Motocicletas que se disparan entre automóviles, choferes, que en sus medios de transporte aceleran la velocidad, causando muchos accidentes y peatones que no cuidan su caminar con moderación y atención.
A usted ciudadano y a mí, nos toca intentar detener esta cascada de accidentes y atentados a la vida humana. Pero hay algo más. Nuestras calles se han convertido en una batalla a causa del crimen y la droga. Muchas personas pierden la vida, en estos graves eventos. ¿Qué causan las pérdidas de tantas vidas humanas?
Para reconstruir la casa común de todos los costarricenses, hemos de hacer respetar la vida desde el momento misma de la concepción, hasta el momento de la muerte. Esto es un principio fundamental de esta democracia. Un sí a la vida, un apostar por una cultura de vida.
Con facilidad y con falta de estudio y fundamento, algunos proponen el aborto para resolver casos de embarazo juvenil. Esa no es la solución, hay que continuar apoyando esas madres jóvenes, para que jamás nunca se pierda la vida que está en su seno materno y además que logren su proyecto de vida con toda la sabiduría y ciencia del sistema médico nacional.
Toda vida merece ser respetada, para lo cual tenemos muchas soluciones. La primera es el cariño de la familia, el respeto de los jóvenes y la creación de un ambiente que soporte el proyecto de vida de esas jóvenes madres y la persona recién nacida, que más adelante podrá establecer un hogar sólido y permanente.
La cultura de la muerte también nos amenaza en esos momentos del embarazo juvenil desde otra perspectiva. Hay personas que agitan los ambientes familiares, que no ayudan a defender la vida humana en el seno materno. Sorprendentemente he visto con gran atención numerosos programas de apoyo para madres y familias que deben atender estas circunstancias, que son exitosas y dan un buen apoyo a problemas sociales que requieren mucha atención y respeto.
Pero sí. Tenemos que seguir adelante, dando una mano, ofreciendo un proyecto de vida para esos jóvenes recién nacidos de manera que tengan una vida prospera y exitosa. Lejos el pesimismo. Necesitamos reconstruir con valores y virtudes solidas el futuro de Costa Rica, pero sobre todo con familias jóvenes y colocando las barreras a los que quieren insertar a Costa Rica en la cuesta del aborto y de la sangre.
Que la abolición a la pena de muerte, roca sólida de nuestra institucionalidad, iniciativa de nuestro Presidente don Tomas Guardia, sea siempre ejemplo y símbolo de Costa Rica. Nos toca dar la mano a los que tienes dificultades para lograr una defensa solida de toda vida humana. Con solidaridad y con justicia se han solucionado nuestras dificultades y sobre todo escuchando a quien nos llama.
José Joaquín Chaverri Sievert