Regalar es bonito pero…
El aguinaldo casi toca los bolsillos, en la época de navidad nos volvemos generosos, usualmente llega más dinero y perdemos la perspectiva que nos aguarda el nuevo año, ese que iniciamos empinado por la famosa cuesta de enero, cuando ya los colones se han esfumado y no pocos despiertan a la realidad que los abruma.
La primera y más sabia decisión antes de ser generosos con los demás, es serlo con nosotros, hasta donde se pueda hacerle un buen abono a las tarjetas de crédito, si podemos cancelarla o eliminarla mejor y así sucesivamente proceder con los adeudos, esos que asfixian a miles de hogares.
Luego del proceso de paliar o al menos limpiar los enredos financieros, ahora sí es posible pensar en un regalo para halagar a un ser querido, los niños son los que aguardan con mayor avidez.
La oferta en el mercado se satura, posiblemente sean los chinos quienes hacen negocio, nos inundan de mercaderías que a los pocos meses son desechos amontonados en corredores, patios y a la vuelta de los días terminan en alcantarillas y rios que se saturan en el invierno hasta desbordarse y ocasionar daños irreparables en el ambiente.
Este año podemos hacernos un propósito diferente, adquirir productos elaborados por las manos prodigiosas de nuestros artesanos, hombres y mujeres que con su ingenio ofertan desde queques navideños, quesos artesanales, hasta delicada bisutería con materiales de nuestro entorno.
En muchas ciudades y parques las municipalidades le tienden la mano a los artistas, vayamos a estos sitios de esparcimiento y encuentro, nos sorprenderá el talento expresado en finas velas, artículos de cuero, pinturas, vasijas, juguetes y así de esta manera hacemos que el dinero ganado con el sudor de la frente se quede en casa y no vuele convertido en dólares hacia otras latitudes.
Si nos proponemos será una navidad diferente, ojalá más austera y menos dispendiosa, frugal como corresponde al entorno de incertidumbre en el panorama económico, el momento para conmemorar al Dios Niño en su esencia ¡ La humildad ¡ a fin de cuentas Jesús nació en un pesebre y como dice la canción del espíritu guanacasteco: “ Babeado por los terneros y al calor de su buena mamá”.
Lo ideal es confeccionar los regalos con nuestra inventiva, menuda sorpresa le daremos a quien lo reciba y si por algún motivo no fuimos provistos con este don, hay alguien cercano a nosotros, así lo bendecimos y ¡ TODOS GANAMOS ¡
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