Reglas de vida
Las preguntas que todos en un momento determinado hacemos, tales como, ¿es correcto lo que hago?, ¿porque las desgracias sobre mí?, ¿soy justo? Estas y muchas otras sobre la existencia, la humanidad hace miles de años se las ha formulado, no creamos que es algo contemporáneo, esas dudas sobre el accionar para merecer lo que se está viviendo, siempre han existido.
Hace muchos años la humanidad ha querido encontrar reglas para encausar la vida sobre el camino adecuado y evadir los tropiezos, dar alegría a quienes nos rodean, obtener la felicidad y la abundancia. Desde entonces se han desarrollado diferentes teorías, una de ellas dice que, nuestra vida es como una pizarra en blanco, la cual se puede llenar de infinidad de posibilidades. El buen hombre se asemejaba al agua que beneficia a todo, el agua no compite con nada, por lo tanto, el buen hombre beneficia a todos y no compite con nadie, se concentra en hacer el bien en beneficio del prójimo y de sí mismo.
Es interesante observar las similitudes entre culturas, culturas que convergen en que, la piedra angular del amor es, la energía que mueve a la humanidad al éxito integral de la convivencia en armonía. Dios nos pone como ejemplo la naturaleza y sus diferentes manifestaciones de fortaleza, alegría y resistencia. El hombre fuerte como una montaña para luchar contra su propia imperfección, el hombre alegre y fresco como las flores que con su sonrisa enuncia la verdad, el hombre fuerte como el árbol que lucha por la justicia.
Respetar y preservar la vida, regla básica que no se circunscribe únicamente en no matar, este enunciado es más complejo, se transgrede la vida con la envidia que, arrebatar aquello que poseen los demás, es una forma de compararse con los demás, se atenta contra la vida al matar las ilusiones y los sueños de quienes desarrollar nobles ideales, todo antivalor atenta contra la vida.
Segunda regla, ser sincero, la sinceridad produce paz, transparencia y confianza, la mentira produce caos, confusión y desencadena una serie de mentiras para sustentar la primera, como una reacción en cadena que genera dolor, desconfianza y destrucción.
La norma de la amabilidad, la persona gentil, buena, agradecida, produce empatía, misma que es vida, es todo aquello que se dar con amor. Hay quienes ven como débil al gentil, falso criterio que sólo ve la fortaleza en aquel que desarrolla la fuerza física.
Apoyar y auto apoyarse, es el impulso necesario que desarrolla el progreso individual y colectivo.
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