Regreso a clases

El 8 de febrero marca un hito significativo para los estudiantes costarricenses, es el inicio lectivo de este 2024.

Este regreso al ciclo escolar representa una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de una educación de calidad, y los desafíos que enfrenta el sistema educativo.

Costa Rica se enorgullece de su tradición de promover la educación como un pilar fundamental para el desarrollo humano y el progreso social. Sin embargo, el camino hacia la calidad no está exento de obstáculos. Hemos evidenciado ciertas disparidades existentes en el acceso a la educación, marcando las brechas digitales y socioeconómicas que afectan a muchos estudiantes en el país.

Más allá de esos desafíos, tenemos el reto de la educación, la cual es una constante; es en primera instancia la formación de ciudadanos, para luego moldear profesionales integrales; que manejen destrezas disciplinares y habilidades blandas para su éxito en lo personal y en un futuro, en la vida laboral. Las instituciones de educación superior debemos nivelar y apoyar, para que los nuevos estudiantes reciban la formación de calidad que merecen y que los prepare para ser líderes en su campo.

 En este contexto, es crucial que las autoridades educativas y las instituciones académicas trabajen en forma conjunta y articulada con las instituciones de educación superior, redoblando esfuerzos para garantizar que todos los estudiantes tengan acceso a un aprendizaje de calidad, de acuerdo con los retos presentes y que se visualizan para el futuro.

Los padres de familia tienen una importante tarea, y es involucrarse en la educación de sus hijos, promoviendo el hábito de la lectura para desarrollar habilidades esenciales, ampliar su visión del mundo y mejorar su redacción. Los padres también deben involucrarse en las escuelas, proponiendo soluciones para que reciban un nivel de inglés avanzado, y les brinden habilidades que los preparen para el futuro.

Los profesores también tienen una responsabilidad, ser docente implica una vocación y un acto de generosidad para entregarse a los estudiantes y a las comunidades. El trabajo de cada profesor incide en la formación de la población y repercute en la construcción del país que queremos.

Por otra parte, en un mundo cada vez más digitalizado, las plataformas en línea, los recursos multimedia y las aplicaciones educativas pueden ser aliados poderosos en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Es fundamental que las instituciones educativas incorporen estas herramientas de manera efectiva en sus prácticas pedagógicas, garantizando así una experiencia educativa enriquecedora y accesible para todos los estudiantes.

Finalmente, es esencial fomentar una cultura de aprendizaje continuo que trascienda las aulas y se extienda a lo largo de la vida de las personas. La educación no termina con un título, sino que es un proceso continuo de crecimiento y desarrollo personal y profesional.

Todos debemos de involucrarnos para que la educación que se brinde en nuestro país sea de calidad, y los estudiantes que hoy regresan a clases, sean los profesionales que queremos tener en el futuro.