Salarios de lujo en crisis fiscal
El Gobierno de la República corre para lograr la aprobación del expediente legislativo 19.996 y crear así el Consejo Nacional de Competencia (CONACOM), en donde sus comisionados 3 o 5, dependiendo de la decisión de los diputados, devengarían salarios mensuales que rondarían los ocho millones de colones cada uno.
La creación de la CONACOM se justifica las recomendaciones de los expertos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y en el supuesto beneficio a los consumidores.
Resulta paradójico, que, en un contexto de crisis fiscal, donde se planea arrebatarle al pueblo costarricense más de seiscientos mil millones de colones en nuevos impuestos, se vaya a crear una instancia en donde se gastará, en el pago de tres personas, poco más de trescientos cincuenta millones de colones anualmente.
Para cumplir con las recomendaciones de la OCDE se debe fortalecer la legislación en materia de competencia, así como inyectar recursos a esa función del Estado, lo cual, parece que se confunde con la creación de nuevos puestos con salarios de lujo.
En este sentido, es importante recordar, que ya existe la Comisión para Promover la Competencia a partir de lo indicado en la Ley 7.472 de Promoción d ela Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor, por lo que se impone una actualización de sus funciones y no la creación de más burocracia.
Por otro lado, el discurso gubernamental de beneficio al consumidor queda descartado, cuando es claro que esta nueva instancia no podrá imponer su criterio en materia de servicios públicos o en decisiones gubernamentales que sí perjudican la competencia en los mercados y a los consumidores, como la que nos tiene pagando aguacates hass a precios exorbitantes o bien la que prohíbe a los comerciantes hacer promociones con arroz.
Si de verdad se quiere beneficiar al consumidor, es necesario actualizar la legislación que da vida a la Comisión Nacional del Consumidor e inyectarle más recursos para hacer verificación de mercado y no engrosar la burocracia estatal con puestos cuyos salarios de lujo salen de los bolsillos de cada uno de nosotros.
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