Sana comunicación familiar

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Sana comunicación familiar
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Llevarse bien en familia es fundamental para una sana convivencia, no sólo en el hogar, también es buena porque es aquí donde se aprenden las mejores formas de comunicación en la sociedad.

Desde las teorias de terapia familiar la autora Virgina Sátir aporta teorias para mejorar.   Su enfoque se centra en mejorar la comunicación y el contacto emocional dentro de las relaciones familiares. Busca crear un ambiente seguro y auténtico donde los miembros de la familia puedan expresar sus sentimientos y necesidades.  Además de trabajar juntos para desarrollar patrones de comunicación más saludables y satisfactorios. Para ella existen estos cinco tipos de comunicación. el que culpa, el que apacigua, el que es súper razonable y el que distractor.  Los llama de la siguiente manera:

El aplacador constantemente busca la aprobación de los demás para sentirse válido y aceptado.  Se victimiza pero no resuelve. Evita expresar su opinión, sobre todo si contradice la de los demás.

El Acusador es quien juzga y actúa de forma autoritaria. Siempre encuentra errores en los demás y los hace sentir mal.  

El súper razonador, razona demasiado, perfeccionista y no sabe escuhar. Es lógico y razonable en exceso, pero poco demostrativo de sus emociones.

El irrelevante suele estar distraído y disperso.  Todo lo toma en broma y no asume responsabilidades. Cuando habla o hace algo, no tiene nada que ver con lo que estaban hablando, haciendo o se esperaba que hiciera.

El comunicador funcional, a diferencia de los otros, es coherente en sus exposiciones, conectado con su discurso y con sus emociones. Es claro, preciso, directo, asertivo, natural y fluido.

Este tipo de comunicador está abierto a recibir opiniones y a debatirlas. Es respetuoso, escucha lo hace para comprender al otro, no para rebatirle.

Las primeras cuatro formas son malas, dañan la auto estima.

Lo correcto es usar la forma “funcional”, porque es abierta, permite expresar sin miedo y no juzga.

Quizás en algún momento se salgan las formas insanas. Sin embargo, el reto familiar es aceptarlo con humildad y dialogar.                

Al respecto Virginia Satir recalca que el concepto tradicional de la familia es el de un lugar donde pueden encontrarse el amor, la comprensión y el apoyo, aún cuando todo lo demás haya fracasado.  Es un lugar donde podemos recuperar el aliento y sacar nuevas energías para enfrentarnos mejor al mundo exterior.

Con la buena comunicación se buscaba alcanzar el crecimiento personal, permitiendo que cada individuo se convirta en un ser completo, a través del corazón emocional de la familia.

En cada crisis hay que hablar de manera funcional y con respeto.

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