Sedición
En estos días el país ha observado cómo figuras de la política han asomado su cabeza para encabezar un movimiento de protesta invocando ser la representación del pueblo. Ese llamamiento a nombre del pueblo es un delito de sedición que ha sido registrado por todos los medios relevantes. No puede tolerar la sociedad que se llame a la sedición sin consecuencia.
Si en medio de una crisis creciente económica y fiscal se nos desordena el país, reencauzar las instituciones y el orden va a ser tarea de titanes. Si se tolera el desorden, los bloqueos y protestas que afectan los derechos de las mayorías y los intereses del país como un todo, las misma van a aumentar y causarán estragos en la población, en la economía y en la institucionalidad.
Lo que estos grupos de protestantes solicitan es difuso. ¿Quién de ellos propone rebajar el gasto público, origen de todos nuestros problemas?¡Ninguno! ¿Qué solución aportan a solventar la crisis fiscal y económica de Costa Rica? ¿Qué propuesta hacen para reactivar la economía? Ninguna. Pues no se vale llamar al desorden sin proponer soluciones. Yo los insto a pensar más y proponer soluciones racionales aún más.
Debemos entre todos encontrar las soluciones a nuestras dificultades. Para ello es menester conservar la cabeza fría y detener cualquier esfuerzo de alcanzar notoriedad desbordando pasiones y generando violencia.
Muchas personas en medios y redes comienzan a pedir que el gobierno se vaya. ¡Que se destituya el equipo económico del gobierno, que no hay tiempo de espera para las elecciones! Es una locura agregar más problemas políticos e institucionales a los fiscales y económicos.
En desesperación muchas personas en pobreza y hambre, en desempleo y en desesperación podrían sumarse a movimientos de este tipo. Hoy más que nunca debemos construir soluciones entre todos y mantener la cabeza fría y nuestra disposición firme en pro de la democracia y de la institucionalidad. Defendamos la legalidad y nuestra democracia.
Las elecciones de 2022 es el momento para saldar cuentas políticas con los gobernantes, así es en democracia. Romper con la paz, con la institucionalidad y hacer añicos el orden público y lo que resta de nuestra economía no genera soluciones.
Es momento de ver a los ojos a la crisis. Es el momento de enfrentar nuestros problemas con la “mirada fiera y el ala fuerte”. No destruyamos jamás lo más preciado del costarricense sin resolver el problema de fondo que es el exceso de gasto público. Hagamos el esfuerzo en conjunto para resolver el exceso de gasto del estado con el menor sufrimiento social para los costarricenses.
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