Serenidad y reflexión
La grey cristiana costarricense celebra la liturgia de la Semana Santa. En estos días el país tendrá unos cuantos días, para en paz interior y reflexión profunda analizar sus vidas, pensar sobre el futuro, sobre los problemas de país y claro está sobre las correcciones al rumbo personal, comunitario y de Costa Rica.
Deberemos de buscar serenidad y paz interior, acercamiento a Dios, reflexión sobre los Misterios que el cristianismo nos revela, pero también sobre la problemática de comer todos los costarricenses todos los días, de tener trabajo, de elegir correctamente a nuestros próximos gobernantes. Esta será una tarea para todos.
Los apremiantes problemas que enfrenta el país no deben de ser descartados en esta época reflexiva sino más bien en paz y serenidad, en pensamiento y consideraciones de lo que deseamos para nuestro futuro, forjar una determinación personal para abrazar el bien y una determinación nacional de corregir los grandes problemas de familia, comunidad y país.
Pobreza creciente, grandes brechas sociales y económicas, desempleo, falta de actividad económica suficiente para poder sufragar los enormes gastos del estado que este año generarán once mil millones de dólares aproximadamente de déficit fiscal, deberán estar dentro de otros temas y preocupaciones que requerirán de nuestro pensamiento y de nuestra decisión.
Formar opiniones y buscar avenidas de acción no es fácil, deberemos en paz y en pensamiento sereno desarrollarlas. No es un asunto que por difícil podamos simplemente ignorar o descartar. Es un cúmulo de dificultades que de ellas derivaremos o una tragedia nacional o una solución permanente, dura y ardua.
Ningún tiempo mejor que estos días santos para recabar en el fondo de nuestras almas y voluntades los propósitos de mejoramiento y de cambio. Nunca mejor época para construir la fuerza de voluntad necesaria para con valor y resolución enfrentar y resolver nuestras dificultades. Este es el momento de forjar nuestra fuerza interior, de endurecer la fuerza de nuestras voluntades y determinaciones para forjar nuestro futuro.
Pan, trabajo, paz, concordia, justicia, humanidad, amor a nuestro prójimo, generosidad, integridad y respeto deben de ser algunas de las guías centrales de meditación para todos en estos días. Que estas nos ayuden a encontrar el camino justo y equitativo para crear una sociedad inclusiva, una sociedad tolerante, una sociedad de hombres libres e independientes, una comunidad sin dependencia del estado ni de las instituciones del clientelismo y del paternalismo.
Es el momento para hacer esta meditación profunda y decisiva en nuestras vidas y forjar propósitos morales que nos lleven hacia el bien y objetivos personales, profesionales, económicos y políticos que sean el justo complemento de las resoluciones de misericordia, amor y solidaridad que de los días santos derivamos.
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