¡Siempre construir!
Deseo recordar que la Patria se construye todos los días. Que esa construcción es una labor realizada por cada costarricense junto a su familia. Todos construimos, pero todos podemos destruir. Una palabra, un infundio, una descalificación, el desarrollo de un tema que obnubile los sentimientos, que desvíe la atención de una discusión seria y trascendente destruye el esfuerzo de la comunidad por erigir un futuro mejor, más serio, más cabal, más justo.
La construcción de la Patria se basa en la educación y todos somos maestros. Somos maestros al dialogar y exponer nuestros argumentos o mal educamos al descalificar, al usar armas innobles para destruir a un mensajero.
No hay sustituto para la libertad de palabra y la libertad de emisión del pensamiento. La libertad de prensa y de credo son trascendentes para nuestra democracia y para los costarricenses, pero deben de ser bien aprovechadas en la construcción y no desperdiciadas cuando es la ocasión de construir.
En el momento en que dejamos de enfocar nuestra inteligencia y nuestros intercambios en describir problemas y soluciones destruimos porque estamos en un momento estelar para nuestro país.
No tenemos mucho tiempo para erigir soluciones justas y una ruta adecuada para Costa Rica. Cada idea, cada palabra desperdiciada y desoída es un tiempo que luego nos hará falta.
Pensemos en los asuntos que nos afligen, en las soluciones que ameritan y en las destrezas de las personas que pueden y deben de resolverlos. Ignorar argumentos y diagnósticos no enriquece.
Divertirnos gastando el tiempo precioso en descalificaciones es abiertamente nocivo.
La Patria requiere de unidad y requiere de un propósito unificador para enfrentar los grandes retos y dominar la crisis que vive Costa Rica.
La polarización destruye cualquier intento de unidad y sin ella no vamos a sobrevivir fácilmente. Los futuros gobernantes requerirán de sus opositores para mejor gobernar.
La elección trata de escoger alternativas de solución a nuestros problemas y de personas con destrezas para ello. La elección no trata de escarnecer personas.
Resolver problemas implica conocerlos. Conocer los problemas nos lleva a construir sus soluciones. Conocer las soluciones expuestas por cada quien nos conduce a percibir las destrezas y capacidades para escoger a unos y descartar a otros.
Después de todo lo vivido ¿Qué hemos aprendido? ¿Cuál es la raíz de nuestros problemas? ¿Cuál es la más atinada de las soluciones? ¿Quién es la mejor persona para enfrentar y resolver nuestras dificultades? Allí reside el corazón de la futura elección.
¿Qué habrá sucedido con nuestra comunidad que prefiere lo superficial y ligero a la resolución seria de su crisis? El país debe de reaccionar vigorosamente y enfocarse en soluciones y en destrezas y cesar las descalificaciones.
Los comentarios están cerrados.