Síndrome del emperador
En muchas familias se desarrolla lo que se conoce como el síndrome del emperador, tema que se trata con frecuencia en la terapia familiar con niños.
Se define este problema como el niño rey o el niño tirano que desarrolla poder y autoridad sobre sus padres llegando a conductas significativas como el maltrato hacia ellos, tales como ataques físicos morder, golpear, empujar, lanzar y romper objetos. Amenazas verbales y no verbales.
Desde el punto de vista familiar, los padres de estos niños maltratadores tienen dificultades tanto en aspectos prácticos, como educativos. La ausencia de tiempo para dedicar a la crianza, es un factor muy presente en la mayoría de estos casos lo que dificulta todos los procesos de formación, interfiriendo también en el desarrollo de vínculos afectivos.
No cuentan con herramientas ni habilidades para establecer una relación vertical de respeto y autoridad con sus hijos y desde donde puedan emprender de buena forma, la labor educativa hacia ellos.
Como consecuencia existe un vacío de valores y normas morales, por lo que, al niño, se le permite todo tipo de actitudes debido a la inexistencia de estos códigos lo que impide por un lado la posibilidad de imponer castigos proporcionales y, al mismo tiempo, que el niño asuma la responsabilidad de sus actos.
Suelen tener rabietas en lugares públicos, para manipular, logrando imponer siempre su voluntad y doblegando así, la autoridad de sus padres hacia ellos. Este escenario propicia en los menores la creencia de tener la capacidad y autoridad para realizar cualquier cosa que le parezca.
Para cambiar y mejorar este síndrome es necesario que los padres, y abuelos que cuidan a estos niños, reciban terapia familiar para ayudarles a empoderarse, que aprendan a decir no, canalizando sus miedos y sentimientos de culpa, de tal manera que los hijos puedan respetarlos y aceptar sus enseñanzas.
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