Soy admirador de Quino, el papá de Mafalda
Maravilloso caricaturista capaz de plantearnos en un dibujo la triste problemática latinoamericana y, al mismo tiempo ponernos tristes y sacarnos una sonrisa (!).
En una de sus caricaturas nos presenta a un dictador, gorila con quepis, rodeado de guardaespaldas armados, mientras escucha a un grupo de pacíficos ciudadanos que le han pedido audiencia.
Ellos, un cura y varios intelectuales de ambos sexos, le ruegan al tirano el derecho al voto, a elegir su gobernante.
«Como no», dice el dictador, «así es que quieren una elección. Muy bien, les concedo permiso para elegir una reina de belleza».
Y eso, queridos amigos, es realidad en muchos, pero en muchos países, donde, sencillamente no se vota.
En otros sí, se va a elecciones pero sólo votan los miembros del partido, o se les impide votar a las mujeres o grupos minoritarios de varios tipos.
O bien se va a las urnas entre bayonetas, bombas y amenazas, o sabiendo que el «resultado» ya fue determinado por los que ocupan el poder.
En esta tierra bendita votamos todos los costarricenses, con respeto absoluto y ejemplar para los que piensan diferente y sabiendo que el resultado será cierto y respetado.
Votar es un honor un privilegio que pocos tienen en el mundo.
No votar es un acto de desprecio a nuestros antepasados. Es ser malagradecido con el mismo Dios que nos cuida esta bella democracia.
Votemos, hagámoslo con alegría, con orgullo, con absoluto respeto para quienes piensan diferente y una vez más mostrándole al mundo lo maravilloso que es ser costarricense.
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