Superando a un peligrosísimo enemigo

En medio de tantas enfermedades que se presentan, unas de las más limitantes son las de índole mental. A la par de lo tráumate que es, quien la padece se debe enfrentar a mucha incomprensión y ésta, tal vez, más por ignorancia que por mala voluntad.

En la Organización Mundial de la Salud, se presenta con gran preocupación, la incidencia de la depresión a nivel mundial.  Esta enfermedad es causa de una muy amarga  experiencia limitante para una sana salud humana.

Todo aquel que la ha vivido, puede asegurar, que la depresión llega a anular toda motivación de realizar las actividades que deben desempeñarse diariamente.  No exagero cuando digo que se experimenta un  desgano limitante, que lleva a un deseo de dejar de vivir…simplemente desaparecer como si no se hubiera existido.

¿Pero cómo superarlo?  La ciencia médica puede brindar sus conocimientos y fármacos, pero hay una realidad y es que, si bien es cierto, que ello ayuda, es la actitud del enfermo muy importante en su recuperación. Y es que tomar una postura de falta de actividad o iniciativa, sólo agravan la condición. 

En mi caso, el ser ama de casa fue una gran respuesta. porque el amor a mi familia, me motivaba a que no dejara de lado mis deberes. Aunque los percibía inútiles, sentía una inspiración a que los realizara y luego los mirara; y así pude comprobar que, sí eran importantes y necesarios. 

Advertía que no debía dejar de cumplir con ellos, sino más bien, refugiarme en llevarlos a cabo y negarme a vegetar en una cama, aunque sentía un deseo  casi incontrolable de ceder a ello.  Trataba de  someter esta sensación diciéndome: “ya casi me acuesto pero primero voy a hacer esto…y esto y esto”, así trataba de que el tiempo fuera pasando sin ceder a lmi desgano como síntoma, consecuencia de la depresión.

Llegó la oportunidad; ante la necesidad de una familiar; que me vi ante la posibilidad de ayudarla en los quehaceres de la casa.  Al principio, cuando daba un paso hacia allá, deseaba dar dos pasos devolviéndome. Sin embargo, lo logré. Continué con mis diarias actividades a pesar de los pesares  y así, cuando pude darme cuenta, la depresión, así como llegó de improviso, así desapareció.

Creo firmemente que el ser ama de casa, me proporcionó la oportunidad de lidiar con esta limitante experiencia, por medio de realizar los quehaceres que me permitieron salir de ella. 

No se debe quedar estancado en las limitaciones que produce la depresión; buscar actividades y realizarlas aunque no motiven y parezcan inútiles y hasta agobiantes, ayuda mucho a ir  buscando una salida, que llegará.

El apoyo de los medicamentos y una actitud de servicio es la gran respuesta, porque es la guía del camino que lleva a superar a un peligrosísmo enemigo.