Todos bajo la lupa inquisidora

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Todos bajo la lupa inquisidora
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Al inicio de un cambio de gobierno las expectativas son múltiples, variadas y provenientes de todos los estratos sociales; toda una sociedad pendiente de esos primeros pasos, pasos estos fundamentales que, de manera casi que permanente, formarán en la opinión pública un concepto ya sea negativo, positivo o regular del Presidente y de su gobierno.

Esta primera impresión surge, entre otras cosas, por la congruencia entre lo prometido en campaña y el actuar ya en el gobierno; para así establecer un ambiente de confianza en la población que, generalmente. está dividida en tres bandos; los que votaron a favor, los que votaron en contra y los escépticos.

Los primeros pasos de un mandato presidencial deben ir enfocados en establecer seguridad, conocimiento, liderazgo, confianza y unidad; ingredientes estos esenciales que amalgaman la base sólida, donde edificar la confianza necesaria, para llevar adelante los cambios anhelados de una sociedad sedienta de honestidad, justicia social, transparencia y sabiduría.

Es del conocimiento popular que nadie es poseedor de la verdad absoluta, desde esta perspectiva, es que la retroalimentación proveniente de asistencias y consejos eficaces, aportados estos de todos los sectores sociales, juega un papel preponderante, para evitar las salidas en falso que restan credibilidad, seriedad y fomentan la incertidumbre.

Las innecesarias e incovenientes salidas en falso al inicio del gobierno, por insignificantes que parezcan, se encuentran bajo las incesantes miradas inquisidoras, no sólo de algunos medios de comunicación, si no también, de algunos sectores políticos adversos, que magnifican el más simple error, para afectar negativamente la imagen del gobierno, jalar agua a sus molinos y con esto manipular la opinión pública.

Si bien es cierto el dialogo, la lluvia de ideas y el consenso, es lo indicado para conducir a Costa Rica por el rumbo del progreso, el bienestar social y la paz, no menos importante es la atinada, necesaria y efectiva comunicación dirigida por expertos en este difícil arte. Esto evitará la ambivalencia y la contradicción entre las autoridades gubermentales; así como, la confusión y el desanimo en la gente.

La buena comunicación en la gobernanza política es vital en tiempos de crisis; para una comunicación eficaz no basta únicamente del conocimiento unilateral de una profesión o carrera, se necesita experiencia y un conocimiento multidisciplinario que reúna entre otras disciplinas la mercadotecnia, psicología y periodismo, características básicas de un buen comunicador político.

La buena comunicación, el aporte de todos los sectores de la sociedad y la asesoría asertiva, profesional y justo a tiempo, de las personas nombradas en el gobierno, son estratégicas para ayudar en el buen funcionamiento de una administración pública y política. Esto anunado al conocimiento, la honestidad, humildad y ética profesional de los gobernantes.

El presidente Rodrigo Chaves Robles, necesita el apoyo y la ayuda bien intencionada de todos, para llevar a Costa Rica a un puerto seguro; en la actual y crítica coyuntura no sólo él está bajo la lupa, la realidad es que, lo estamos “todos bajo la lupa inquisidora”.                                                                   

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