Todos son bienvenidos

En estos días, usted y yo, hemos visto caer estrellas. El equipo de futbol, con más aficionados  a nivel global, quedo destruido en su propio campo de futbol: El Real Madrid. 

También se derrumban sociedades, personas y proyectos, sin embargo, Costa Rica tiene una fortaleza, el trabajo de nuestros educadores, de nuestros maestros. Este es más valioso que muchos trofeos, es el tesoro nacional.

Cuando  en las noches, furtivas y huidizas,  naves llenas de cocaína asedian nuestras costas, nosotros los ciudadanos, tenemos una fortaleza muy importante, más fuerte que la amenaza externa: Es la formación de valores y virtudes que dan nuestros educadores. 

Pienso en estos momentos en los educadores, que están en la costa Atlántica, en Puerto Jimenez, o en el área metropolitana. Cada uno de ellos, debe dar la lucha, la batalla, por acercar a la mente de nuestros niños y jóvenes, al amor por el trabajo, por la honestidad, por el esfuerzo conjunto. Fomentar la capacidad de conversar y entenderse  con el prójimo, y con su familia. La formación debe ser para la paz, la vida y estar alerta frente a las amenazas.

El trabajo de cada maestro,  no es ideológico, es concreto, orientado por los valores históricos y profundos de Costa Rica. Es aquí donde está la verdadera batalla por el futuro de Costa Rica. Y tengamos  mucho cuidado, cuando algunos  nos digan que la educación es ideológica, pues no es así, es un servicio que no tiene color político.

Hay que enseñar a los jóvenes, y a los no tan jóvenes, que un tema fundamental para nuestro país, es el respeto al dignidad y a toda vida humana. Aquí en este país, no necesitamos una ley pro aborto.  Aquí todos los niños deben ser bienvenidos,  aunque nos externas  haga todo lo posible  por instruir o negociar  el aborto en nuestro país.

El respeto a la dignidad y toda vida humana debe ser  estudiado, promovido desde cada hogar, y desde  cada  familia. Los países que han fallado en la defensa de la vida humana, como es el caso de los Estados Unidos de América, se  enfrenta hoy a  la terrible suma de 50 millones  abortos  realizados allí, desde que se instauró la ley. Estos  chorros de sangre de indefensos niños, no los queremos en nuestra sociedad. 

Todos estos principios, de respeto a la dignidad y a la vida  son fundamentales,  hoy y ahora. Pueden venir  argumentos jurídicos, políticos  y más razones ideológicas, frente esto, en esta mañana, todos debemos hacer un llamado por la dignidad, la vida humana y por su respeto.

Todos son hijos de Dios y merecen vivir. Aquí nadie debe matar una persona en el seno materno. Y  si muchas  mujeres   que  van a  dar luz necesitan ayuda, démosle todo el apoyo necesario.  

Aquí todos son bienvenidos. Todos  debemos ser solidarios y ofrecer  nuestras manos.