Troles: un ataque desde las redes a la democracia y la credibilidad

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Troles: un ataque desde las redes a la democracia y la credibilidad
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La libertad de expresión es un pilar de nuestra sociedad, así lo establece nuestra Constitución Política y está protegida por la Convención Interamericana de Derechos Humanos, la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Declaración de Derechos Civiles y Políticos,

Pero aun así la libertad de expresión puede ser utilizada con fines maquiavélicos por diferentes actores de la sociedad, que aplauden y promocionan la divulgación de información falsa, manipulada o creada para causar daño, mediante el uso de personajes ficticios en redes sociales, conocidos como “troles”.

Como costarricenses nos vanagloriamos de defender y promover la libertad de prensa y expresión, de que podemos expresar nuestra opinión sin temor a ser encarcelados o perseguidos, claro, todo eso en el marco del respeto y la cordialidad.

Sin embargo, en los últimos años y en especial, en los últimos meses, la libertad de expresión se ha visto sacudida por la presencia de estos personajes cibernéticos quienes, escondidos detrás de una identidad falsa y un teclado, mienten de forma descarada y sistemática.

Los troles digitales son agitadores dedicados a distorsionar, mentir, exagerar, denigrar, confundir, exaltar, falsificar o asediar mediante las plataformas y redes digitales.

Hay quienes se hacen pasar por troles solo por el gusto de provocar discusión, por llevar la contraria; pero hay otros que reciben un pago por sus servicios y adquieren una mayor dimensión gracias a la red que hay detrás de ellos, convirtiéndose en una amenaza real para la convivencia democrática, la libertad y el Estado de Derecho.  

Hoy, las personas tienen la facilidad de acceder a distintos pseudomedios de comunicación y no necesariamente son los tradicionales, la mayoría son páginas o perfiles de redes sociales cuyas fuentes de información son chismes, noticias sin pies ni cabeza y su redacción es, no solo mala, sino que, en muchas ocasiones, emiten juicios de valor y tergiversan la realidad.

Por eso, en el COLPER consideramos necesario que la ciudadanía aprenda a distinguir a un trol de una persona real, que se informe por medio de los canales adecuados, que busque los medios de comunicación profesionales que sí ofrecen noticias de calidad, con datos verídicos y el balance adecuado.

Revise muy bien el perfil al que ingresa, verá que aquellos que sí son profesionales de la comunicación tienen sus datos de contacto, la información de su sitio web, la redacción es congruente y las fotografías se publican en alta calidad.

Los troles se han convertido en un mal, el cual hay que erradicar de raíz, si te topás con una publicación de un trol, no comentés, no hagás más grande su red de contactos, no le des voz, bloquealo…

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