Un mundo sólo de ricos y poderosos
Este es el sueño de algunos de ellos. Enfatizan sólo los males sociales que puedan provenir de los pobres, esquivando los que proceden y que, los involucra con sus, muy pesadas y determinantes decisiones.
No buscan las raíces, los detonantes que dan pie a los males sociales. Porque, si bien, puede haber avaricia, ambición; la falta de compromiso y solidaridad de quienes abundan en posesiones y riqueza; hacia una gran muchedumbre de humanidad necesitada; y a la cual, a veces se le da migajas; no llega a ser una mano fuerte y justa, ni a un convenio sincero. Convenio que en las mutuas relaciones, atrae recíprocos beneficios. Muchos pobres preferirían morir de hambre antes de llegar a transgresores…pero ver sufrir y hasta morir a los hijos…no es sólido atenuante.
¿Cómo sería un mundo sólo de, ricos y poderosos?
¿No tratarían de apoyarse en los otros, en busca de ganancias cada vez superiores para sus arcas?
En un mundo sólo de ricos y poderosos…
¿Quiénes de ellos estarían dispuestos a ser los que aporten el mayor consumo en beneficio de otras empresas y vigorizar así la economía?
Consumo que; en la actualidad, en su mayoría; es aportado por la clase asalariada.
En un mundo sólo de ricos y poderosos…
¿De quiénes obtendrían supuestas ganancias, si todos las tendrían como metas, sin ser los que las aportaran?
En un mundo sólo de ricos y poderosos…
¿No vivirían en una implacable y constante zozobra de perder sus bienes y así engrosar la lista de los descartables?
No es una solicitud de limosna; paliativo a una conciencia, sino, digno y justo trabajo, que a la vez garantiza a quienes lo promuevan, el aliento imprescindible a un movimiento que sea pródigo y acertado.
Aún; a pesar de muchos alegatos; hay que reconocer la existencia de una “simbiosis humana”, que influye determinante en el movimiento económico y que de una capaz, talentosa y oportuna trayectoria, se alcanzarán mutuos beneficios.
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