Un voto de censura a la ministra de educación que desnuda la calidad del sistema

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Un voto de censura a la ministra de educación que desnuda la calidad del sistema
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Transcurrieron 29 años para que la Asamblea Legislativa volviera a censurar a un miembro del gabinete del gobierno de la República. De esta forma ya Juan Diego Castro no estará solo en esa fría estadística, pues desde el 16 de julio del 2024 le acompaña Anna Katharina Mülller, actual Ministra de Educación.

Esa declaratoria se sustentó en el artículo 121, inciso 24, de la Constitución de Costa Rica y se aplicó exclusivamente como una amonestación política de índole moral, misma que le indicó a la jerarca que dos tercios de los diputados presentes, en su calidad de representantes del pueblo, deploraron sus actuaciones, o la falta de ellas.

Si bien el apagón educativo acompaña a los estudiantes desde el 2015 a causa de diferentes huelgas, la pandemia, la escasa tecnología disponible en las aulas y la carente agenda académica, lo cierto es que la actual jerarca no logró superar ese bache y se limitó a señalar que la ruta de trabajo estaba solo en su mente.

Centros educativos en precarias situaciones y una currícula que dista mucho de lo que los estudiantes necesitan para mantenerse en el sistema, y para lograr trabajo de calidad en su etapa adulta, son parte de las falencias de una institución que gira entre las medulares para acceder a un país próspero.

Durante la gestión de la Ministra Müller los señalamientos, los vacíos, las dudas y las deudas al país han sido expuestas de forma constante en el Congreso, y sus respuestas, cuando las hubo, no trajeron tranquilidad y menos una visión a largo plazo, por el contrario destiló una arrogancia que no necesariamente tiene, pero que sí proyecta.

No ha sido suficiente tener una perspectiva conservadora de la educación en cuanto a temas que han irritado a la sociedad en los últimos 10 años, intentó traer equilibrio, pero debió ser con una agenda innovadora que permitiera visionar un futuro laboral acorde al camino que está tomando el resto del mundo.

En suma, la ministra Mülller, desde el 16 de julio, fue reprobada por los representantes del pueblo. En términos académicos, ella perdió su curso y el que el Presidente la sostenga al frente de esa cartera no solo es reflejo del pulso de poder con la Asamblea Legislativa, sino que anticipa muchos roces y pocas soluciones.

Lo más nefasto de todo este panorama es que mientras los altos poderes del Estado siguen discutiendo por ver quién tiene la razón, cientos de miles de estudiantes los ven y no solo reproducen sus gritos, tonos, formas y fondos, sino que siguen creciendo sin las herramientas para enfrentar su futuro.

Se perdió en el día a día por la evidente falta de liderazgo e inoperancia estructural, deja a la educación más análoga de como la encontró, se lleva el certificado de censura del primer poder de la República debajo del brazo; todo apunta a que la cereza del pastel será dejar a la educación pública en un mayor oscurantismo de ignorancia.

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