Una Asamblea Legislativa de papel
El juramento de un diputado es el de defender la Constitución Política y las leyes, pero esta Asamblea Legislativa pareciera no tener claro esto. Lo anterior, a pesar de su juramento. ¿Entonces, qué pasa con una Asamblea Legislativa que no defiende la Constitución Política y permite que las libertades fundamentales sean atropelladas?
En la política, los espacios vacíos no se encuentran así por mucho tiempo, porque pronto alguien los llenará. La ausencia de los mejores en la política ha llevado a que en muchos casos quienes ocupen las curules en Cuesta de Moras, no sean los mejores. Esto se ve reflejado en el silencio absoluto guardado por la mayoría de los diputados, quienes no han hecho por dónde para ejercer su obligación constitucional que sea la Asamblea Legislativa, y no el gobierno, quien emita leyes para limitar la libertad de tránsito de las personas.
No hemos visto a una Asamblea Legislativa activa en defender los derechos fundamentales de los ciudadanos, sino con iniciativas que no son prioritarias. Hasta hace poco, uno de mis antiguos estudiantes de Derecho, que en paz descanse, estaba revisando todo el compendio de leyes, para eliminar aquellas repetidas e incoherentes. Lamentablemente, un accidente automovilístico le quitó la vida y no pudo continuar.
Sin embargo, no se observan iniciativas para eliminar leyes excesivas o buscar verdaderas fuentes de generación de empleo. Cierto, estamos en el medio de una pandemia, pero pareciera ser que a muchos en Cuesta de Moras, les importa más la próxima elección que la próxima generación. Olvidan que el artículo 105 de la Constitución Política indica que la potestad de legislar reside en el pueblo, el cual, a su vez, la delega en la Asamblea Legislativa.
Se aprueban leyes sin exigir verdaderos compromisos por parte del Estado para reducir el gasto público. No se ven iniciativas para eliminar la corrupción en los procesos de licitaciones. Como abogado en Derecho administrativo he visto de primera mano, las irregularidades y hasta muy posibles hechos de corrupción en el sector público, pero esto se sigue dando como si nada.
Ya se ha dicho, en varias ocasiones, que cuando no se respeta la Constitución Política, entonces el Estado no se respeta a sí mismo, no hay un orden jurídico y lo que hay es cualquier otra cosa, menos el debido respeto al Estado de Derecho. Pero, pareciera ser que para la mayoría de los diputados, esto no tiene importancia.
Esta Asamblea Legislativa quizá pasará a la historia como una de las más deficientes desde que se fundó la Segunda República, pero la responsabilidad no es solo de los diputados sino del pueblo, después de todo, estos diputados no estarían ahí si no fuera porque fueron electos por el propio pueblo.
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