Una sugerencia para JAPDEVA
Si JAPDEVA no tiene definido en qué invertir a partir de febrero entrante, el millón de dólares del nuevo muelle holandés APM Terminals, bien podría invertir ese millón y parte del futuro ingreso para el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas, PYMES en barrios necesitados de Limón y coordinar actividades de economía y comercio con el Ministerio de Economía, Industria y Comercio, MEIC.
Si en el país existe un 20% de pobreza, se presenta la oportunidad de acoger la “opción preferencial de los pobres” y de crear la posibilidad de pasarlos a producir y elevar su nivel socio-económico de las pymes creadas. Limón ya tiene los recursos humanos y el MEIC posee la estructura administrativa para que JAPDEVA desarrolle el programa.
No hace falta una gran burocracia, esa conocida desviación estatal costarricense. El MEIC cuenta con una experta en la creación de pymes, Victoria Hernández, actual ministra. Ella podría designarle a JAPDEVA a su sucesora. No es racional que así como la empresa APM Terminals, prácticamente, formó una isla de 4 hectáreas para construir el nuevo muelle, se establezca una cuantiosa burocracia tan solo para establecer el comentado nuevo programa.
El país no debe vivir de crear instituciones públicas, existen unas 330. Ni Estados Unidos ni Europa padecen ese vicio. Al contrario, el país debe desterrar esa absurda práctica.
Algunas de esas 330 instituciones son sobrantes o repetitivas como las referidas a vivienda. Tanto el Poder Ejecutivo como la Asamblea Legislativa pueden detener esa proliferación de instituciones. Siempre es preciso controlar recursos económicos y humanos y pedir rendición de cuentas. Es de sentido común saber medir de cuánto se dispone para realizar cualquier proyecto o actividad. La vida, en lo personal y en lo social, debe estar afincada en la inteligencia y en la voluntad, y no tanto en el sentimiento y mano suelta.Tal vez esta sugerencia de promover el desarrollo de PYMES sea posible.
En referencia a lo dicho, un autor habla de “subir a los de abajo sin bajar a los de arriba”. Esta es una forma de poner en práctica la justicia de la sociedad civil. Por ejemplo, en el caso de la reforma fiscal, a todos nos toca poner en la ley respectiva el aporte proporcional consiguiente.
Es el momento de esta colaboración, y comprender que no caben las excusas ni las huelgas y los bloqueos, que tantas pérdidas y congojas han dejado al país. Fomentemos la audacia de vivir mejor, siempre preocupándose y ocupándose de los demás, nuestros hermanos.
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