Valores eternos
Miles de empresas han cerrado. La destrucción de capital en unos meses ha sido mayor que la capitalización de muchas décadas. Veremos crecer la pobreza y disminuir las oportunidades en el país.
Muchas personas desean refundar al país luego de la pandemia.
Un grupo pretende socializar aún más la economía, estatizar más la misma, hacer que el estado y las instituciones asuman más y más protagonismo. Algunos buscan aumentar los empleados públicos y mejorar sus salarios.
Muchas otras personas sostienen que Costa Rica debe de liberarse de trámites, de tantos impuestos y regresar a la actividad privada actividades que aún son monopolio estatal. Sostienen que el país debe reducir el tamaño y el costo del estado y sus instituciones.
Hay una serie de principios que yo no desearía perder en Costa Rica y su organización.
Democracia efectiva para mi es el corazón de nuestra vida. La democracia se ejerce en una elección. No hay tal democracia de la calle.
La justicia social me parece que jamás debe de ser abandonada en el país como idea central y práctica de nuestra convivencia. Entendámonos muy bien, justicia social no es crear privilegios para los empleados públicos. Tampoco nada tiene que ver con la estatización, propiedad gubernamental ni con los privilegios generados en el tiempo para grupos de trabajadores.
La equidad es otro valor al que el país no puede renunciar y que debe de conservar dentro de su práctica política y funcional en el país. Debemos ser equitativos y justos en la conducción de nuestras relaciones sociales.
Educación resulta ser el corazón de la democracia, de la movilidad social y del progreso material del país. Muchas veces confundimos educación con gasto en educación. Gastamos mucho, pero nuestra educación es mediocre. La búsqueda de la excelencia, no de la mediocridad o de la complacencia, debe de ser su norte.
Salud junto a educación resulta en el conjunto de asuntos neurálgicos de país. La salud debe de ser fortalecida. La sociedad avanza, cambia y las instituciones de salud deberán adaptarse a los paradigmas del cambio social presente.
Igualdad de oportunidades es una aspiración fundamental y válida en una democracia. Igualdad de oportunidades no es romper con el principio de búsqueda de la excelencia. Igualdad de oportunidades no es rebajar la exigencia para que todos alcancen un puesto, logren una matrícula o alcancen una mención.
Propiedad privada junto a la libertad de empresa son los motores fundamentales del desarrollo y de la formación de un individuo independiente
Todos estos valores y principios los costarricenses los apreciamos y buscamos que se cumplan en nuestra sociedad. La patria siempre es primero.
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