Vejez el gran desafío

Para el año 2.100, habrá en el mundo más de 25 millones de personas con 100 años de edad, esto supone un gran reto para los sistemas de salud, los gobiernos del orbe y la convivencia humana. En las redes sociales, en el diario convivir, se manifiesta la incomodidad de un sector de la población con los adultos mayores, la descalificación, agresión, el asalto patrimonial son pan de cada día.

Autoridades del Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología Raúl Blanco Cervantes, con frecuencia denuncian el abandono en sus salones, personas, cuyo pecado es sobrepasar la románticamente denominada Edad de Oro, más pareciera de baratija, a juzgar por lo inhumano de algunas situaciones.

Hay sociedades altamente desarrolladas donde la voz de los adultos mayores es escuchada con respeto, el consejo requerido por la familia, autoridades, comunidad, en Costa Rica, cada vez nos alejamos más de esa situación de tolerancia, aprovechamiento del saber de quienes no en vano llegan a las cumbres de la vida.

En medio de todo, en la provincia de Guanacaste, cantones como Nicoya y Santa Cruz constituyen un modelo mundial en materia de longevidad, la denominada Zona Azul, donde es posible encontrar personas centenarias plenamente activas, aportándole a al país, no sólo con su ejemplo de adultez, un laboratorio universal similar a otros pocos existentes en la isla de Cerdeña en Italia o Okinawa en Japón.

Los estudiosos en la materia han encontrado elementos comunes en estos pueblos tan diversos, frugalidad en la alimentación, aceptación de la familia, comunidad, convivencia en sociedad, en contraposición a la soledad, uno de los mayores flagelos para la población adulta mayor.

La atención en la denominada Tercera Edad, es altamente onerosa cuando se les margina, por el contrario, cuando se les mantiene activos con adecuados programas de recreación, esparcimiento, adecuado uso de tiempo libre, se ha evidenciado la disminución en el consumo de fármacos, la mayor erogación para los sistemas de salud del mundo.

Hace varias décadas el Seguro Social instituyó el programa Ciudadano de Oro, procuró darle valor agregado a la credencial dorada, como país se decidió proveerles el viaje gratuito o con importantes descuentos en el uso del transporte público de autobuses, no obstante, aún hay conductores, quienes, al mirar canas, simplemente miran hacia otro lado y aceleran.

Ya el Covid, especialmente en sus primeras etapas se ensañó con la población arriba de los 65 años, diezmada, sitios donde simple y sencillamente llegaban a recoger cadáveres puertas adentro.

Los adultos mayores no son parias de la sociedad, su aporte debe ser reconocido, valorado, es tiempo de construir entre todos espacios donde se les proteja, cuide, respete, ante todo, dignifique.