Venezuela y doña Laura Chinchilla Miranda
Nuestra ex presidenta doña Laura Chinchilla Miranda ha emprendido una jornada de apoyo al hermano país de Venezuela acompañando a don Edmundo González como candidato electo según consta en la actas de votación por su pueblo.
Estas acciones solidarias son verdaderamente plausibles, dado que refuerzan el ADN tico, vivir en democracia y defenderla en todo momento histórico de Costa Rica, y de cualquier otra nación que desea la tan añorada libertad que ofrece este sistema democrático para gobernar, hacer valer la constitución y derechos de los ciudadanos.
Algo tan natural para la familia costarricense, desde los niños hasta los adultos mayores, como expresar lo que pensamos o sentimos sobre temas de interés social, político o económico no implica un problema, ni persecución, encarcelamiento o muerte.
Sin duda; -que gran provilegio tenemos los costarricenses-, más aun porque no tenemos ejército que acompañe a algún tirano de turno, que quiera matar a gusto y preferencia si la gente no se alinia a sus caprichos. Muy diferente para por lo menos tres países en Latinoamércia que viven en dictadura, persecución, terror, hambre, dolor, además de una vida sin oportunidad de estudiar ni trabajar. Es donde comienza para ellos la triste salida masiva de su país natal. A riesgo de morir en el camino lleno de gente mala y explotadora, en medio de naturaleza ingrata. Avanzan con miedo, soledad y hambre.
Nadie merece vivir así. Especialmente los niños. Son privados de casi todos sus derechos humanos. Sin educación, salud, vivienda. Jugar. Lugar seguro donde pertenecer. Nadie en este planeta tampoco merece vivir en dictaduras, tal como, lo sufrieron en nuestra región, Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay, Dominicana, Bolivia, Ecuador, Perú, Colombia. Ahora Cuba, Nicaragua y Venezuela.
El siglo XX se caracterizó por las luchas internas, sobre todo en muchos países latinoamericanos. Producto de lo cual, la democracia fue reemplazada por dictaduras, identificadas por una sistemática vulneración de los derechos humanos y la constante comisión de delitos de lesa humanidad, persiguiendo a todos aquellos que pensaran o se declararan en contra del régimen impuesto.
No existió en este periodo país que no experimentase la toma o intentos de toma del poder por medios violentos, así como la desestabilización social, la terminación de las instituciones legítimas y el reemplazo de los Estados democráticos por Estados autoritarios, convertidos en las nuevas formas de institucionalidad y de gobierno. Estos regímenes se caracterizaron por su crueldad, torturas, encarcelamientos, desapariciones y eliminación de todos lo que pensaran diferente o crítico. Por eso y mucho más, ojalá el granito de arena de paz que lleva doña Laura Chinchilla para don Edmundo González y María Corina Machado lleguen a bueno puerto. Ojalá veamos pronto a Venezuela libre y feliz
Los comentarios están cerrados.