Venta de activos estatales
La deuda pública es de proporciones enormes en nuestro país. El Presupuesto Nacional se gasta mayoritariamente en sueldos, salarios, cargas sociales y en intereses de la deuda pública. Los impuestos recaudados alcanzan para poco más de la mitad de los gastos contemplados en el Presupuesto Nacional. El modelo o el diseño de este estado grande y caro dejó de ser costeable.
Para regresar al equilibrio de las cuentas del país es menester reducir el gasto. Urgentemente es menester reducir los montos de intereses que se pagan. La forma de hacerlo es pagando deuda, reduciendo pasivos, pagando préstamos y no tomando nuevos. Las tasas de interés están subiendo por lo que los intereses que pagamos serán mayores debiendo lo mismo.
El Gobierno de la República ha sostenido desde hace años la conveniencia de vender instituciones que le permitan recaudar suficientes recursos que a su vez permitan pagar deuda. La reactivación de la economía es indispensable y una economía en crecimiento es el mejor ministro de hacienda.
En el presente estado la venta de activos para pagar los principales de las deudas es una medida correcta. Vale más el país que cualquiera de sus partes.
Con los intereses que son una carga pesadísima y creciente sobre el presupuesto nacional hay que hacer el mayor esfuerzo por desarrollar una ingeniería financiera que permita reducir el monto pagado de intereses. Vender activos y pagar principales de los préstamos que pesan sobre el erario es lo correcto.
La venta de activos no puede ser una ocurrencia. La venta de activos no puede ser para gastar más. No deben darse desembolsos del dinero de la venta de activos que no sean para pagar el principal de la deuda pública.
Esta venta debe de estar enmarcada dentro de una estrategia y de un nuevo diseño del estado costarricense. Es menester conocer y discutir esa estrategia de manera seria. No se venden activos para seguir desembolsando en gastos corrientes, porque después ya no habrá que vender y el país estará aun peor.
La escogencia de activos para la venta debe de ser altamente cuidadosa. Hay bienes estratégicos que deberían ser los últimos en venderse.
No se venden activos que son pilar de la democracia, la justicia social o la equidad en nuestra sociedad. Peligroso es vender activos estratégicos que luego el país y el estado requieran. Hay que ahondar más y conocer más las metas y el diseño futuro de la Reforma del Estado que debería tener Costa Rica.
Estoy seguro que la venta de activos está respaldada por el sentido común, pero se requiere profundizar más en las razones estratégicas de la venta de instituciones específicas.
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