Vivir despiertos

La expresión «Vivir despiertos» significa no caer en la indiferencia ante la marcha del mundo, no dejar que nuestro corazón se endurezca y que no se apague en nosotros el deseo de rectificar nuestras falencias y errores; así como, buscar a toda costa el bienestar común, el deseo de buscar el bien para todos.

Por lo tanto, Vivir despiertos significa no desentendernos de quien nos necesita, procurar llevar una vida plena, libre de rencores, prejuicios, venganzas, las que no sirven absolutamente para nada; antes bien, emplear nuestro tiempo y esfuerzos en crear una vida más agradable, con la esperanza de que esto redundará en nuestra propia salud y construir un mejor ambiente.

Vivir despiertos significa, estar atentos ante la necesidad del otro, ante las situaciones de verdadera angustia, desesperanza o hastío, que requieren de más acompañamiento y apoyo.

Vivir despiertos es despertar nuestra fe en Costa Rica y nosotros mismos como personas y como pueblo. También es buscar a Dios en la vida y desde la vida, evitando al máximo la mezquindad de creernos superiores a los demás y sensibilizarnos para encontrarnos en el acto leal y amoroso de compartir. 

A mes y medio de haberse iniciado este año, aún no sabemos qué nos depara el futuro; en el año 2021, tuvimos de todo, tristeza, soledad, desamparo, crisis existenciales, miedo, sufrimientos, disgustos e inconformidades de toda clase.

Una buena y sabia manera de vivir la vida y que esta sea «más amigable», consiste en hacer pactos con los que amamos, con quienes trabajamos, con los amigos y con nuestros vecinos para encontrar juntos motivos y razones que nos unan como pueblo, como país. La división no resuelve nada. De esta forma nos salvamos juntos y ganamos la batalla o irremediablemente todos perderemos.

Algunos ya han tirado la toalla, otros están a punto, pero el problema radica en que las reflexiones previas sobre la problemática que nos aqueja son mínimas; las personas no se han detenido a analizar los pro y los contra de sus decisiones o simplemente a razonar del por qué se ha tenido que llegar a este nivel tan perjudicial para la familia y para el país.

Casa dividida no sobrevive reza el texto bíblico y la división de la familia costarricense viene desde muchos años, es una tendencia que lamentablemente no solo busca la división, sino además la confrontación entre quienes piensan distinto, cuando lo procedente es respetar y hasta analizar lo que otros tienen que decir.

Más vale una casa iluminada hasta el techo por el pensamiento de muchos aunque algunas de esas formas de pensar sean distintas, que una donde los corazones de sus moradores estén en tinieblas, producto del enfrentamiento por la intolerancia y el irrespeto hacia quienes piensan diferente.