Votar es hacer patria
En primer lugar, un feliz año nuevo para todos los oyentes de Panorama. En segundo lugar, pensar en algo fundamental para vivir día a día: que somos personas únicas, irrepetibles e insustituibles. Un viejo amigo suramericano lo decía así: “Lolita, cuando te hicieron a ti se quebró el molde”. Porque Lolita, como persona era única, irrepetible e insustituible.
Así lo somos todos; pero para serlo, un gran autor, San Agustín, recomienda hacer cuanto se pueda y pedir lo que no se pueda. Siguiendo similar línea de pensamiento sobre la persona, una hija me regaló para Navidad un libro recién escrito de Fernando Ocáriz, titulado Amar con obras: a Dios y a los hombres. Y esto le falta a nuestro país, amar con obras, para enrumbarse mejor e imprimirle un mayor sentido a la vida, y vivir en paz, justicia y libertad. Estos últimos no son simples sustantivos; cada palabra invita a llenarla de contenido, de inspiración y de propósitos, de decisiones verdaderas; porque lo bueno se vive y se difunde. Tengamos esa “luminosa vocación”.
Otros contenidos hacen falta para unirnos más: darse o entregarse, trabajar mejor, ayudarse, servir, ser honrados y, como dicen aquel físico y teólogo, amar con obras: a Dios y a los hombres. No olvidemos que somos seres creados, marcados por las leyes de un ser superior y no por la autosuficiencia y la autonomía, que solo sirven para alimentar el indiferentismo, el egoísmo y el olvido de las necesidades de nuestros hermanos. No podemos transitar por ese descamino. Ya lo pedía Jesucristo, el Hijo de Dios: “Amaos los unos a los otros como yo os he amado”.
Como expresa la constitución española, España es indivisible, como lo somos nosotros: una nación de hermanos y una unidad espiritual y cívica blindada de principios y valores humanos y cristianos indivisibles y transmitidos de generación en generación. O sea, opuestos a odiosas divisiones humanas. Este año, por tanto, es oportuno revisar conductas, aprovechar el tiempo, decir y hacer las cosas con cariño y afabilidad, perdonar…
Busquemos siempre la unidad del país y analicemos en familia el valor del voto así como el cúmulo de libertades que otorga nuestra democracia, no los partidos políticos, y menos el abstencionismo, enemigo número uno de nuestro sistema electoral y de esa democracia que tanto apreciamos. Valoremos el artículo 93 de la Constitución Política. Expresa: “El sufragio es función cívica primordial y obligatoria y se ejerce ante las Juntas Electorales en votación directa y secreta, por los ciudadanos inscritos en el Registro Civil”. Sin duda alguna, votar es hacer patria.
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